sábado, 12 de noviembre de 2011

CONSTATACIÓN DE SENECTUD


La vida ocurre sólo una vez
O eso es lo que nos dijeron
Cada día, a cada hora
Así que no hay manera de saber
Si es cierto. Un deja-vu interminable,
Inacabable sucesión de metáforas;
Y constatamos que somos viejos
Porque admitimos que
Hay lugares a los que ya nunca iremos
Y hay labios que nunca besaremos.
Sí. Se acabaron los inmensos ánimos
De paladear  el mundo
Y
 Bebernos
El mar infinito que pueblan las sirenas.
 Ahora nos ahogamos en los silencios
Antes de arribar a los puntos finales
De las alcobas prohibidas…
Y si las alcanzamos es para
Comprobar que están desiertas
Y ninguna ninfa desnuda  nos aguarda

5 comentarios:

  1. ...entonces no soy viejo, sólo estoy cansado,amigo Pedro ;-)

    ResponderEliminar
  2. ni estás viejo ni cansado... que yo sepa, amigo Gabi

    ResponderEliminar
  3. Nunca nadie nos enseña a envejecer y si, suena un poco triste tu poema .
    La vejez es otra etapa de la vida y hay que afrontarla con alegría.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  4. un desaliento total..este personaje esta viejo por dentro..mas que por fuera..si comprueba eso no importa el tiempo la senectud no tiene edad..
    Demasiado determinante..los escapes son posibles...hasta un segundo antes de morir..de viejo..
    Un saludo desde el sur

    ResponderEliminar
  5. No, nadie nos enseña, Carmen, a envejecer y ahí está la magia de la vida sin manual de instrucciones, sólo sorpresas a la vuelta de los años, para bien y para mal.
    Estoy de acuerdo, Prudencio, la senectud no tiene edad, es sólo un estado del alma

    ResponderEliminar

DEJA AQUÍ TU COMENTARIO