miércoles, 7 de diciembre de 2011

LA VERDAD SOBRE LAS PALABRAS



Todas las palabras que se pronuncian ya no nos pertenecen. Acaso sólo  ‘miedo’ o  ‘vértigo’.
Después de enunciadas son ya del viento, o de todos y de nadie.
Todos los poemas han sido ciertos alguna vez.
Todos los libros viajan por el tiempo, y en las intersecciones de una noche en vela o de un largo viaje en tren, nos han poseído de algún modo.
El escritor no acaba en el libro.  Trabaja para la Eternidad. Su voz es infinita y nunca sabe a dónde llegará, ni hasta cuándo ni a quién alcanzará.
Las palabras son los únicos seres de este mundo que no envejecen.
Las palabras son metáforas de nuestras propias almas.
Las palabras nos construyen y con sus verbos y su música nos insuflan el aliento de la vida eterna.
Por eso tenemos nombres. Si hay algo de eterno en nosotros es el nombre y el aliento de la persona a la que amamos.
Cuando  confundamos el Amor con la palabra ‘amor’ y la Vida con la palabra ‘vida’ comprenderemos el significado de la palabra ‘literatura’.
Si  heredamos y legamos algo verdaderamente valioso: una leyenda, recuerdos, amor… siempre va envestido de palabras.
Las palabras inspiran más palabras, cariño, poemas, razones para vivir, historias.
Riega tu propio jardín de poesías. Cada día verás que el resto de tu hogar ha crecido y es más frondoso y más bello.
PEDRO PUJANTE 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

DEJA AQUÍ TU COMENTARIO