EMOCIÓN EN LA PRESENTACIÓN DE HIJOS DE UN DIOS EXTRAÑO

Pedro Pujante y Jerónimo Tristante

Por una vez me voy a permitir tratar en este blog de asuntos no literarios aunque tengan que ver con la presentación de mi último libro de relatos HIJOS DE UN DIOS EXTRAÑO. Ayer se presentó en la Biblioteca Regional en un acto que significó mucho para mí. En primer lugar conté con la inestimable compañía de, desde ya, un amigo: JERÓNIMO TRISTANTE, gran escritor y mejor persona que hizo las delicias de los asistentes con su exaltado sentido del humor, su naturalidad, cercanía y grandes dotes  comunicativas que fueron  más allá de lo esperado. Se habló del libro y de literatura, del proceso creativo y de anécdotas sobre la propia vida, las vicisutudes del escritor y otros asuntos que interesaban a los asistentes. Hubo momentos graciosos, como cuando mi madre, de 72 años me cuestionó en el turno de preguntas: 'Hijo, ¿por qué escribes de esa manera tan lúgubre?' Tristante me defendió aduciendo que no era tan lúgubre, sólo que los temas menos escabrosos no interesan a los literatos.

Algunos de los asistentes disfrutando del evento

Se reunió mucha gente y desde aquí quiero dar las gracias a todos y cada uno de los amigos y familiares que allí me arroparon. También sé que hubo ausencias muy justificadas y que, no obstante, sé que estuvieron de algún modo presentes. Gracias, por lo tanto a todos mis familiares, tanto de Murcia como de Alhama, a mis compañeros del colegio y amigos de trabajo. De este año y de otros años anteriores pero que siguen siendo para mí, no sólo compañeros de trabajo, sino amigos, y compañeros de la vida. Algunas de estas compañeras, con hijos pequeños y que vinieron de muy lejos. Gracias a mis antiguos compañeros de clase de los Salesianos . A mis mejores amigos de toda la vida, Pepe, Francis y Jorge, que a pesar de que no nos vemos el tiempo que debemos, siguen siendo parte esencial de mi vida. Gracias a todos los que se acercaron a apoyar o movidos por la curiosidad de conocer mi libro. Gracias a mi Raquel, que siempre está ahí. Gracias a todos, de corazón. Para mí, ayer fue un día especial.

Pedro Pujante con algunas de sus más bellas lectoras