sábado, 16 de julio de 2016

EL SHOW DE SAMSA



AUTOMORIBUNDIA. LA VIDA

IMAGINARIA DE RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA

 Resultado de imagen de GOMEZ SERNA AUTOMORIBUNDIA






‘Comprendí que el amor es meter moras en cartuchos vacíos que aún huelen a pólvora.’
Ramón Gómez de la Serna

Quiero comenzar esta sección veraniega hablando de Ramón Gómez de la Serna. Y de su autobiografía.
Resultado de imagen de GOMEZ SERNAHay libros que nos acompañan siempre, que no se acaban nunca. En estas memorias surrealistas y castizas, entrañables e imperecederas, Ramón se retrata, esboza su radiografía sentimental mediante el acecho y la búsqueda de recuerdos, imágenes y anécdotas que fluctúan en su memoria. Automoribundia es una reconstrucción de los hechos (reales, ficticios o imaginarios) de un niño que creció pero que jamás olvidó que fue un niño. O que regresó, lentamente, a esa forma de estar en el mundo que es la imaginación.
En algunas de las fugaces anécdotas de Automoribundia desliza esa poesía ingeniosa llamada Greguería, que en realidad es el idioma natural de Ramón. Un invento que fue su forma de entender la realidad y de decodificarla, transmutarla en un estilo literario. Al leer estas páginas uno comprende que la vida de Ramón estaba regida por un pensamiento lúdico-mágico que no podría ser sino volátil y etéreo como la greguería, como los sueños despiertos, como la infancia que se resiste a huir al pasado y acceder a los lugares comunes. En algunas descripciones, semblanzas o rememoraciones atisbamos esa poética leve y ensoñadora. Esa forma de ver (descubrir, imaginar) el mundo a través del cristal colorido de los sueños felices.

A veces la greguería no es metáfora ni artificio. A veces la greguería es el verso natural de la vida, es el lenguaje puro –no depurado, ni buscado, ni racionalizado en pos de una literatura vanguardista- y habitual de Ramón. Habla greguerísticamente. Ramón es una ejemplo de poesía, de felicidad y en sus frases se desliza un genio peculiar y alegre. Respira y escribe sin pausa. Párrafos breves y entrecortados. Como si un dios hubiese creado una parcela de universo para él, y nos permitiese asomarnos mediante sus libros.

PUBLICADO ORIGINALMENTE EN LA OPINIÓN DE MURCIA  8-7-2016

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