Entrevista Pedro Pujante: “La propia realidad una parodia inverosímil que se solapa con la fantasía”
Hace unos meses, el escritor y crítico literario Pedro Pujante publicó Los huéspedes,
una novela entre la realidad y la ficción que nos lleva a reflexionar
sobre la función de la literatura en las sociedades. Con un
desplazamiento a un futuro, en el que ya no existe la telebasura, dos
personas son invitadas a un simposio de literatura secreta, lo que los
lleva a un camino en el que nada es lo que parece ser.
El autor murciano ejerce además de crítico literario en la Revista de Letras, Culturamas, El coloquio de los perros o La tormenta en un vaso, y colabora en el diario La Opinión de Murcia
y de su suplemento literario Libros. De su última novela, el editor
Miguel Ángel de Rus, ha declarado que “es atrevida, divertida y
desquiciante”. Y onírica, y reflexiva, y cómica.
Pregunta (P): Un simposio de literatura secreta es el tema con el que comienza tu última novela Los huéspedes, y ahí empieza un camino hilarante con mucha literatura y mucha risa, ¿Qué efectos querías crear en los lectores/as?
Cuando empiezo una novela no tengo en
mente al lector todavía. Trato incluso de olvidarme de mí mismo. Tan
solo escucho la voz del narrador, en este caso la del excéntrico Roberto
Hernández, quien guía y determina hacia dónde se encamina la aventura.
Después de escrita pensé que podría ser divertida, por exceso de
inverosimilitud. Por abuso de escenas absurdas.
(P): Ficción sobre ficción, ¿qué tiene entonces de real Los huéspedes?
La realidad está siempre más allá de mi
literatura. No creo en ella. Todo es una red de textos que se
superponen. La vida es el gran texto y dentro de él hay otros textos
contenidos: la literatura, los sueños, los recuerdos, el pasado, el
futuro. Miles de textos, un palimpsesto enorme, y en algún lugar está la
narración Los huéspedes. Intento que en mi ficción los
lectores puedan sentir por unos momentos que entran en un mundo
distinto, irreal, que comparten las inquietudes de mis criaturas. Por
muy alocadas que sean.
(P): En el fondo es un
experimento científico que los protagonistas no pueden controlar, ¿somos
entonces marionetas en el poder de alguien?
Yo no pretendo ofrecer un mensaje ni un
ajuste de cuentas con la realidad. Pero obviamente siempre hay
paralelismos con el mundo que nos rodea. ¿Quién no se ha sentido un
personaje movido por hilos invisibles? ¿No es la vida un experimento
alocado, una fórmula sin resolver? Aunque si te das cuenta, ni siquiera
los autores del experimento de Los huéspedes quedan indemnes a
sus consecuencias. Todos, al final, son víctimas del exceso de ficción,
del absurdo atroz. El problema no es que la ficción sea realista o
mimética. Es que la propia realidad es a veces una parodia inverosímil
que se solapa con la fantasía.
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