martes, 18 de junio de 2019

BUSCANDO A JAKE Y OTROS RELATOS, DE CHINA MIÉVILLE

PUBLICADO EN "LIBROS", DIARIO LA OPINIÓN DE MURCIA 15-6-2019


Para los aún no conozcan la obra del autor británico China Miéville (1972) este libro es una estupenda oportunidad para adentrarse de lleno en ella. Se recogen aquí doce cuentos de variada temática y una novela corta titulada “El azogue”. Hay en esta antología relatos fantásticos, de ciencia ficción y terror, aunque como siempre se ha dicho (en este caso es una verdad a medias) las etiquetas “fantástico” o “ciencia ficción” se vuelven insuficientes a la hora de definir la poética del autor inglés. También podríamos hablar de un fantástico de nuevo cuño (new weird), en el que predominan escenarios urbanos, crítica socio-política, monstruos postmodernos y una rescritura de los tropos fantásticos (el Doble o las apariciones fantasmales) desde una óptica más punk, estetizada, barroca, pulp y racionalizada. 
En cualquier caso, el lector disfrutará de estas historias en las que Miéville despliega su habitual delirante imaginación para construir tramas tan bizarras como coherentes, dotando a sus relatos de una fuerza arrolladora. Hay aquí una historia de terror, (“El parque de bolas”) la típica ghost storyaunque ambientada en una tienda tipo Ikea. También mundos apocalípticos en los que se libran batallas extrañas, ciudades asediadas por criaturas (más bien extrañas presencias) que amenazan a la humanidad (“Buscando a Jake”). De hecho, la ciudad (sobre todo Londres) es uno de los tópicos de Miéville. Las arquitecturas urbanas se convierten en algo más que escenarios. Son geografías móviles, fantasmales. En “Informe sobre diversos sucesos acaecidos en Londres” se describe un extraño acontecimiento consistente en el movimiento de calles a través del tiempo, una prosopopeya terrorífica y misteriosa. También es testigo el personaje de otro de los relatos, “Cimientos”, de cómo los cimientos de los edificios, entremezclados con cadáveres, se comunican con él, reiterándose esa condición orgánica y vital de la materia. Como en “Familiar”, relato de brujería urbana en el que una creación mágica comienza a cobrar vida valiéndose de materiales de desecho, de basura y de partes de otros animales, reconstruyéndose desde la nada, trasmutando lo espiritual en “real”. 
Aunque la realidad, la ciudad y la materia puedan sufrir cambios, alteraciones fantásticas, estas variaciones parecen estar sujetas, en ocasiones, a la percepción. Idea que se desarrolla en extensión en la novela La ciudad y la ciudad. Cómo percibimos la realidad la condiciona, es decir, la realidad es tan solo lo que somos capaces de percibir. Es un ejemplo de esto el relato “Detalles”. En él se nos cuenta cómo la posibilidad de percibir una realidad diferente que habita en los detalles de las cosas consigue vivificarse, como si “lo que se ve cobrase vida”, pero una vida amenazante. También se transforma la realidad a través de su visualización en “Cielos diferentes”, en el que un anciano ha comprado una ventana a través de la cual se percibe un mundo diferente y hostil. Así, la ventana, explica el narrador y protagonista del relato, es “un asterisco que interrumpe la gramática del cielo”. También es la literatura fantástica de Miéville una suerte de interrupción de la realidad, una puerta que transforma el mundo en un extraño universo con reglas diferentes. Un espejo en cuyo reflejo habitan nuestros dobles dispuestos a saltar sobre nosotros. 
Hay también algunas piezas que podrían calificarse de relatos negros como “Jack” o “Mensajeros”. Esta última cuenta la historia de un personaje que recibe misteriosos mensajes en clave que tiene que enviar sin saber su origen ni destino, ni siquiera qué efecto provocan en la sociedad. En “Acaba con el hambre” un hacker trata de boicotear una página web con inesperadas consecuencias. 
El único relato que nos hará esbozar una sonrisa es “Noche de paz”. Una fábula distópica en la que grandes corporaciones se han apropiado de la Navidad, construyéndose una sociedad en la que todo lo relacionado con ella, desde los villancicos hasta los abetos, se ha convertido en objeto de consumo restringidos por durísimas leyes de derechos de autor bajo extremas licencias. Un caos navideño. 
Finalmente se incluye la novela corta “El azogue”, una historia fantástica que narra la batalla entre los humanos y los seres que habitan los espejos. Estos últimos, los imagos, hartos de ser sometidos por las simetrías del mundo de los humanos, han decidido emprender una cruenta lucha que se libra en Londres. Este relato bélicode carácter fantástico y distópico, además, está narrado por dos voces, cada cual desde la perspectiva de uno de los mundos, reflejando la simetría especular que se tematiza argumentalmente. Pieza interesante que rescribe los relatos borgeanos desde la nueva ciencia ficción. 
Como decíamos al comienzo, este libro es una grieta por la que colarse en las fantasías oscuras y delirantes de Miéville, uno de los autores contemporáneos que más se aparta del canon de lo fantástico, para construir una poética personal de gran originalidad.  

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