sábado, 21 de noviembre de 2015

EL PERIÓDICO, LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD EN UN DÍA

PUBLICADO EN LIBROS, LA OPINIÓN DE MURCIA, 21 NOVIEMBRE 2015



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Repasando cualquier periódico español –nacional o regional-  cualquiera puede hacerse una imagen mental del país, de la sociedad actual. Su carácter misceláneo y variopinto facilita que en diez minutos puedas radiografiar el mundo, las costumbres, los hábitos, los gustos de toda una comunidad, de todo la humanidad.
Imagino a un lector del futuro, que asomado a un agujero del tiempo, pudiese espiar un periódico de hoy. Este mismo que tienes en tus manos. Lo primero que llamaría su atención serían los casos de corrupción, violencia doméstica, crímenes, robos, abusos de menores. En el papel frío y distante estas crónicas parecerían el material oscuro de una novela imposible. También se sorprendería el lector futurista de algunas tragedias inmigratorias, conflictos religiosos que provocan debacles humanitarias. La política como protagonista de una batalla estatal entre comunidades, entre partidos. ¿Por qué tanta violencia e inquina?, se preguntaría este visitante insospechado.
La publicidad sería un buen indicador del estado anímico de la población: qué compra la gente, qué intereses materiales movilizan a los habitantes de este supuesto pasado. El futuro observador se sentiría conmovido por apreciar el sentido de la muerte que los obituarios, dispuestos como nichos, uno sobre otro en la página, dispensan. Nombres, fechas, familiares rogando por el alma…
El breve espacio que se dedica a la cultura en relación al que ocupa el deporte será una clara señal de nuestras prioridades. Sobre todo el espacio dedicado al fútbol, una actividad que posiblemente el futurista lector no llegará a comprender si los siglos le han despojado del sentimentalismo que los colores de un equipo imponen en sus acólitos. En un periódico suelen haber dos páginas dedicadas a cultura y nueve a deportes. Pero con suerte, es posible que nuestro amigo del futuro haya dado en ver un periódico sabatino y se encuentre con un suculento suplemento de libros, música, cultura.
Las columnas de opinión también pueden dejar claro qué tiene la gente en mente: sobre todo política, esa forma abstracta de complicarnos la vida.
En el periódico que imagino también es curiosa una coincidencia. La página de contactos sexuales ha caído junto a la de economía. Mientras el deslumbrado lector que lee el pasado contempla las ofertas de chicas, travestis y ‘amigos’, puede enterarse de cuánto ha bajado el Euribor, el Ibex y una larga lista de nomenclaturas indescifrables que harán que la lectura de la prensa pretérita se convierta en un galimatías de ciencia ficción. Sexo y dinero siempre fueron de la mano.
Pero este carácter híbrido y fronterizo del que goza la prensa escrita hará que su lectura provoque sorpresas inimaginables. En un pueblo muy pequeño se están celebrando unas fiestas patronales fantásticas. Una tal Rocío ha hecho la comunión y sus familiares, enviando una fotografía, la felicitan con gran entusiasmo. Ha caído otra banda de ladrones de naves (no espaciales, pero naves), han pillado el alijo más grande de cocaína de la historia. Lo del alijo más grande siempre es noticia, porque los límites de los traficantes –y al parecer de los consumidores- no existen y siempre hay uno mayor que supera al anterior.
Para acabar, el lector viajero del tiempo, podrá ver la parrilla televisiva y la oferta en cines. Con todo esto, creo yo, podrá  nuestro supuesto visitante hacerse una idea global de nuestro tiempo, a través de un simple documento efímero y volátil como es un diario. Podrá condensar todo un conocimiento etnográfico y cultural de una raza, de una época mediante la atenta observación de apenas medio centenar de páginas de fino papel.

La vida del hombre, de la humanidad se puede resumir en un periódico de un sábado cualquiera. La historia de toda una raza se puede consignar a través de la fugaz lectura de unas cuantas páginas casuales y anodinas que salen de una imprenta un día cualquiera de la creación. 

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